martes, 22 de diciembre de 2015

Carta a mi yo del pasado.

“Tengo fe en el hombre. Tengo fe en la educación. Espero que la educación intercultural contribuya eficazmente a un mundo más humano, más justo, más solidario.”

Antonio Muñoz Sedano

Si hace unos años hubieras leído esa frase, probablemente te hubieras reído. Es posible que por un corto espacio de tiempo mental, hubieras planteado de verdad esa posibilidad, aunque mínima. Quizás, pensarías que eso de la interculturalidad no sería posible, aunque no por ello lo descartarías.
Hace unos años, apenas te planteabas que tú misma podrías hacer cosas, grandes cosas; y sin embargo, créeme, lo harás, aunque te cueste admitir que las estás haciendo bien. Una vez perdiste la fe de encontrar gente con la que de verdad quisieras seguir en contacto, gente que quisiera cambiar las cosas más allá de poner comentarios a través de una pantalla de ordenador. Gente que salga a la calle dispuesta a actuar, no a decir. Personas dispuestas a comerse el mundo antes de que él los devore.
También aprenderás que, llegado el momento tendrás que tomar decisiones, algunas saldrán bien, otras saldrán mal, pero sabrás que esas decisiones las has tomado tú misma, sin lamentarte después por no haber seguido tus instintos. Colaborarás con gente con la que no siempre te llevarás bien, en ocasiones las diferencias de opiniones estarán aseguradas, pero con calma y paciencia, poco a poco, los acuerdos y las escuchas llegarán. 
Habrá momentos en los que pienses que no se puede hacer nada, que está todo perdido. Que el esfuerzo no siempre tiene su recompensa. Que todo aquello que intentes será insuficiente. Quizás no siempre encuentres ese apoyo que necesitas, ni encuentres motivación por ninguna parte. Pensarás que todo está perdido.
Pero no es así.
Merece la pena luchar por aquello que crees. Merece la pena saber que aquello a lo que te estás dedicando, esa razón por la cual te levantas mañana tras mañana, va a servir a alguien que realmente lo necesita. Te sentirás orgullosa, con el tiempo, de ver a lo que poco a poco estás llegando y de todo lo que te queda por recorrer. Verás como herramientas que creías que no podrías utilizar, al verlas desde otro punto de vista, podrás convertirlas en algo que poco a poco, quizás, consiga el cambio. Algo que aporte su grano de arena.
Los problemas del mundo comenzarán a afectarte de una forma más directa. Empezarás a preocuparte. A preguntarte qué puedes hacer tú para influir. Romperás prejuicios, te alimentarás de nuevas ideas, querrás crecer en muchos más aspectos de tu vida que alguna vez habías imaginado. Sabrás que hace falta un cambio. Y querrás ser partícipe de ello. 
Y no estarás sola, estarás con personas trabajando, colaborando, aportando. 
Quizás comiencen siendo pequeños aportes. Gestos con una importancia mínima y que pasarán desapercibidos. No será fácil, quizás los resultados no se verán en un futuro próximo. 


Sin embargo, Roma no se construyó en un día, ¿no?





María, pensadora



5 comentarios:

  1. Muy buena reflexión, motivadora y creo que refleja exactamente por lo que hemos pasado la gran mayoría a la hora de realizar este proyecto y, en general, al trabajar día a día para sacarnos la carrera.

    Un saludo, SocialBaco.

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  2. Muy buena reflexión, motivadora y creo que refleja exactamente por lo que hemos pasado la gran mayoría a la hora de realizar este proyecto y, en general, al trabajar día a día para sacarnos la carrera.

    Un saludo, SocialBaco.

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  3. ¡Hola María! Totalmente de acuerdo con las compañeras de SocialBaco, una gran relexión, muy currada, realmente original y con la que todos (o la mayoría) nos sentimos identificados. Un saludo :)

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  4. ¡Hola María! Totalmente de acuerdo con las compañeras de SocialBaco, una gran relexión, muy currada, realmente original y con la que todos (o la mayoría) nos sentimos identificados. Un saludo :)

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  5. ¡¡Muchas gracias chicas!! Me alegro de que os haya gustado y transmitido... Ese era el propósito.

    Un saludo!

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