miércoles, 18 de noviembre de 2015

Pienso... ¿Significa eso qué existo?

Una sensación agridulce al comienzo....

En este momento del primer cuatrimestre de la carrera nos proponen esta tarea tan ambiciosa, interesante pero sobretodo útil para aquellos que llegan a nuestro país y se sienten perdidos. Una herramienta para encontrarse, para ubicarse, así lo definiría.

Y esta actividad tan ambiciosa llega ahora, en este momento y no en otro, en este en el que el cansancio se hace notable, en el que las ojeras y el café son fieles compañeros, éste en el que ya hemos trabajado los conflictos y la resolución de los mismo, y la frustración que queda cuando la solución no es posible, cuando te ves sentado en una barca con muchas plazas ocupadas y muchos remos sueltos... Y es en este momento y no en otro cuando dos profesoras invierten mucho tiempo y esfuerzo en un proyecto en el que creen, un proyecto que transmiten con amor y con pasión , pero que nuestras caras reflejan aquello que nuestras bocas callan... Las nuestras, las de quienes ardemos por dentro con una sangre roja que no podemos parar cuando las cosas nos remueven... y entonces LO notan... Entonces se nota ... Entonces se hace visible esa separación que hay entre el sentimiento silenciado por una carga que nos pesa y la otra parte, esa que algunos de nosotros aún estamos esperando oír pero que nunca suena, sólo absorbe, sólo te chupa vida, sólo se une a un carro que ya ha sido arrancado y está en movimiento... Y así una y otra vez, tarea tras tarea, asignatura tras asignatura y día tras día... Pero es en este momento y no en otro cuando se nota.

Todo esto me lleva a sentarme en casa y pensar que realmente creo en la tarea, me doy cuenta que mi cabeza trabaja imaginando dónde poder incluir el resultado de la misma en mi trabajo para que llegue a aquellos que sé que sabrán aprovecharla y que realmente lo necesitan, pienso en el mapa tan enriquecido que podemos obtener cuando tantas cabezas se unen para aportar lo que pueden en el mismo sentido... En fin... Pensando concluyo que creo en el proyecto, pero que lo estoy mirando en un momento en el que no creo en las personas, no creo en el trabajo en grupo y no creo en el sistema. Ese sistema por el que me siento oprimida y que es como un callejón sin salida, pero mi cabeza que gira a derecha e izquierda encuentra a mi lado alguien que siempre me baja los pies a la tierra y me centra en el camino... Un camino que me puede transmitir tantas cosas positivas, me puede hacer disfrutar tanto, pero sobretodo este es el camino que yo he elegido, por eso que contaba al principio de la sangre roja, y que no es un camino perfecto en cuanto a recorrido pero sí me lleva a donde quiero ir, así que voy a trabajar desde ahí, desde el objetivo, desde la meta que quiero alcanzar... Gracias compañero por traerme de vuelta... Os seguiré contando que nuevas trabas aparecen en este inhóspito camino.

Para que entendáis un poco más como ha sido la semana desde lo más profundo del grupo aquí os dejo un enlace https://Pixton.com/ic:n92t5h60 , que es la ampliación de la siguiente imagen. 




Para terminar quiero deciros que en mi trabajo diario en la Fundación Cepaim, le transmito a mis niños la importancia del trabajo en grupo y de la comunicación, les intento transmitir mi teoría de que el trabajo en grupo enriquece la tarea y por supuesto premio a aquellos que lo hacen, a los que proponen, a los que aportan al grupo... Pero a día de hoy este punto lo tengo un poco estancado, el sistema de trabajo en el que estamos sumergidos me hace replantearme mi ideal de trabajo en grupo. Me siento enjaulada bajo unas directrices injustas que hacen cambiar al que está consiguiendo el objetivo en lugar de hacer cambiar a aquellas almas en pena que pasean por las clases sin aportación, sin ideas, sin visión crítica y quizá sin sangre.
¿Y que es para mí un equipo? Un equipo es una extensión de ti... Es eso que te une que no sabes explicar pero que se crea bajo la confianza, bajo la comunicación... Es eso que te hace sentir segura en cualquier circunstancia, pues sabes que tu retaguardia está a salvo porque alguien de tu equipo la cubre... El equipo es eso en el que uno nunca está sólo, en el que la culpa no tiene un nombre sino tantos como miembros formen el grupo... Es eso donde jamás te dejarán caer sólo, donde todos van a una y donde no existe MI trabajo, sino NUESTRO trabajo... 
Pero si me preguntas qué es el trabajo en grupo que hay aquí hoy por hoy puedo decir que es algo que no existe. Se trata de ponerle una palabra al hecho de escaquearse cuanto se pueda y que lo haga otro, al hecho de mirar por mí y siempre hacia mi ombligo... Realmente, es una pena, una lástima... hay tantas cosas que estamos perdiendo. Pero eso sí, ningún ombligo dentro de este grupo tiene pelusas, todos están limpios, relucientes de tanto mirárnoslo. 

Sin duda ésta es una gran tarea, está creada y transmitida con cariño, hay grandes expectativas en ella y realmente puede dar mucho juego, no sólo ahora, no sólo en este punto de la humanidad sino en un futuro y quizá con otro tema, con otro recurso, bajo otra mirada. Y todo eso está manchado. No hemos disfrutado esta práctica, no la hemos sacado a flote con 8 remos hacia el mismo sentido sino cabizbajos, tristes, agobiados, sólos y deseando acabar. Estamos agotados, quemados... Ya da igual si las críticas son constructivas o destructivas, todas se entienden a malas... y es tan triste...

Aquí dejo mi aportación de esta semana, pero me despido con un descubrimiento del que quizá no os habéis percatado: 

" Estamos rodeados de cuerpos sin gente dentro" 

Dulces sueños... Ya nos queda poco...














Isa Ruiz (Pensadora)

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